martes, 11 de diciembre de 2012

Música.

Yo debería estar escribiendo sobre el último disco de MClan. Pero no es así. Por una serie de catastróficas desdichas (básicamente que me he quedado sin internet) no voy a poder hacerlo hasta el fin de semana. Y diréis "a mi qué me importa" o "qué tiene que ver esto con la música". Bien. Llevo casi una semana sin escuchar mi dosis diaria de música. Me va a explotar el corazón en mil pedazos y os voy a salpicar como esto siga así. Cada día que pasa me aseguro más de que en mis venas no corre sangre, sino música (aunque no sé si esto es del todo posible) y lo necesito casi igual que respirar. No entiendo la vida sin despertarme por las mañanas y poner Marea o acostarme con Love of lesbian en mis oídos, y lo mejor es que casi todas las personas que he conocido y merecen la pena ha sido gracias a la música. Le debo tanto que nunca sabré como agradecer al mundo su existencia. Esto es todo lo que me da tiempo a contar sobre mi amor por la música. Otro día, más.

Texto:
Isa @MgFluyorescent

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