Las canciones del flaco llevan sonando a mi alrededor más tiempo del que puedo recordar. Si existen las bandas sonoras de las vidas, él forma parte de la mía.
A la izquierda, Leiva.
Si se hiciera una lista de los músicos más influyentes de este país, no puede faltar un señor bajito, de Vigo, que toca el piano y canta... Cómo canta...
A la derecha, Iván Ferreiro.
El setlist estaba claro. Todos sabíamos lo que iban a tocar. M, Eme, Extrema Pobreza, Nunca Nadie, Ciudadano A, Miedo, Por Mi Tripa, Promesas que no valen nada, Turnedo, Lady Madrid, Crímenes Perfectos, Insurrección, Vis a Vis... Entre otras. Era bastante parecido, por no decir igual, a lo que habían hecho en los conciertos conjuntos anteriores.
Era la primera vez que veía a Ferreiro en directo y juro que no exagero nada si digo que estuve todo el concierto con la piel de gallina. Con la lagrimilla al borde y menos mal que a Leiva no le dio por tocar Llévame al baile porque los niveles de pavismo habrían rozado límites inimaginables. Una no es de piedra.
Y así, de canción emocionante, a canción emocionante, mezclando bromas entre ellos y descojone general, viví unos de los conciertos más bonitos de mi vida. Ya no recordaba lo que era sentarte en un asiento y escuchar, simplemente. Ayer me cambiaron un poquito la vida. Es algo que se suele decir pero, ¿por qué no? A veces pasa.
Por Marta @Killmys0ul
Por Marta @Killmys0ul